Es tan difícil ponerle palabras a todas las emociones que estaba sintiendo en ese momento, el cosquilleo en todo mi cuerpo, los nervios, la ansiedad, no haber dormido muy bien un día antes esperando que llegara la mañana siguiente…
Los primeros tres intentos, fueron emocionantes, verme vestida de blanco por primera vez , imaginarme ese Gran Dia...pero nada como ese cuarto intento... cuando vi mi reflejo, supe que lo había encontrado, algo pasó, y mi corazón se agitó sin control, sentí que mis piernas temblaban, no podía dejar de mirarme, , y solo pensé: “Es perfecto!!!”, colocaron una mantilla en mi cabeza y justo ahí, se detuvo el tiempo…
Segundos después, noté el reflejo de ella justo detrás de mi, su cara era de confusión mezclado con alegría, sus ojos se abrieron mas que de costumbre y sin poder evitarlo, se llenaron de lágrimas
Yo tuve que contenerme, fácilmente podíamos convertir eso en una máquina de hacer lluvia… me seguí mirando al espejo sin perder ningún detalle de vista y comencé a girar… lo que estaba sucediendo era inexplicable, no pudo haber sido mejor ese instante.
Después la tomé fuerte, muy fuerte de la mano, como hacía mucho tiempo no lo hacía.
Ella, como toda la vida a mi lado, ahí estábamos juntas, mirándonos una a la otra, como las cómplices que siempre hemos sido, envueltas en un montón sueños e ilusiones y por que no, de miedo.
Cuando salimos del lugar, la abrace y grité, no pude más que agradecer el haber compartido este momento con mi Má, con mi Tachuelita, con ella, por quien soy la mujer quien soy, y a quien le dedico ese momento mágico.
Cerramos ese instante con nuestra foto, con el recuerdo de haberme vista como una novia por primera vez y que siempre nos va a pertenecer solo a nosotras dos.